Religión 10°
A-C
“Un ángel de Dios” Padre Pacho Columnista
Nunca dejo de recordar en este mes de las madres, aquellas
palabras de un sacerdote mayor que, desde el púlpito en cada día de las madres,
nos declamaba aquel hermoso panegírico de autor desconocido, con el que
expresaba bellamente lo que significa este ser insustituible llamado madre.
“Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de
ángel por la incansable solicitud de sus cuidados; una mujer que siendo joven
tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la
juventud; una mujer que si es ignorante descubre los secretos de la vida con
más acierto que un sabio, y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los
niños; una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que
ama, y siendo rica, daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón la
herida de la ingratitud; una mujer que siendo vigorosa se estremece con el
llanto de un niño, y siendo débil, se reviste a veces con la bravura del león;
una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, porque a su lado todos los
dolores se olvidan, pero después de muerta, daríamos todo lo que somos y todo
lo que tenemos por mirarla de nuevo un sólo instante, por recibir de ella un
sólo abrazo, por escuchar un sólo acento de sus labios... De esa mujer no me
exijáis el nombre si no queréis que empape con lágrimas vuestro álbum, porque
ya la vi pasar en mi camino. Cuando crezcan vuestros hijos leedles esta página,
y ellos, cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero en
pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí, para vos y para ellos, un
boceto del retrato de su nombre.” Hoy agradecemos por esa mujer que por
prelación cronológica e ineludible llamamos madre; que con su dolor siempre
estuvo atada a nuestras vidas; que quiso estar cerca no importando nuestra
rebeldía; a esa mujer que fue nuestra mejor maestra y compañía; que regento la
cátedra del dolor y del sacrificio con su vida, para quien su hijo era y
seguirá siendo, su mayor fuente de alegría; a esa mujer que aunque se haya
apagado su voz en nuestra vida, desde la eternidad seguirá clamando, porque es
el único ser que nunca nos olvida.
Actividades a resolver:
1. Qué
valor le das a tu “mama” en esta fecha y en las condiciones que nos toca vivir
en la actualidad.
2. Será
una persona que realmente presenta un valor incalculable frente a la actitud
que nosotros tenemos en la etapa estudiantil.
3. Cuáles
son los dichos de las mamas y su respectiva traducción.
Religión:
10°A-C y 11
Mayo 26 del
2020.
Uriel Escobar
Barrios Columnista
Después de la pandemia; todo seguirá igual
“Mientras los
hombres no corrijan sus pensamientos y conductas equivocados, los conflictos
bélicos y las calamidades naturales continuarán existiendo en el mundo”:
Yogananda Muchos analistas dicen que, después de esta pandemia, el mundo no
será igual. Sus argumentos están basados en la enseñanza que nos deben dar los
5’079.000 de infectados y los 329.000 fallecidos –al 20 de mayo– que ha dejado
el coronavirus. Según ellos, habrá un mayor reconocimiento de la vulnerabilidad
humana ante estos fenómenos, y, como consecuencia, el ser humano será más
solidario y más consciente de la necesidad de establecer estrategias comunes
para combatir futuros desastres. Pero, analizando la situación actual, la
pregunta obvia es si hay una verdadera solidaridad entre todos los países; y,
aún más, entre las personas que habitan un mismo territorio. Qué decir a partir
de estos dos ejemplos: a nivel internacional, el rifirrafe entre EE. UU. y
China, acusándose mutuamente de querer sacar provecho de esta coyuntura, y los
ataques contra la Organización Mundial de la Salud; y a nivel nacional, la
terrible desigualdad, desprotección e injusticia social en contra de los
sectores mayoritarios de la población. Esos analistas agregan que las personas
se van a cuidar de comprar menos artículos suntuarios y priorizarán ahorrar y
compartir. Sin embargo, hace dos días tuve la oportunidad de ver un informe
sobre cómo en los países que han flexibilizado la cuarentena, y han
restablecido sectores económicos, las personas han salido literalmente a “acabar”
con todas las existencias, sin importar si los demás se quedan sin productos
vitales para la supervivencia. No creo que la pandemia produzca ningún cambio
en la actitud depredadora e insolidaria del hombre, y esta será una pandemia
más, hasta que finalmente el ser humano desaparezca de la faz de la Tierra –y
eso sucederá si no hay una transformación de la conciencia humana.
El gran maestro Yogananda expresa que mientras
no haya una mutación en los pensamientos y en las conductas de todos los individuos,
no cesarán las tragedias naturales y las provocadas por el mismo hombre. La
pandemia no cambia a nadie; debe haber un salto evolutivo de la conciencia
individual para que esta influya sobre el colectivo. Usted, que me ha seguido
hasta este punto del análisis,
1.
¿puede hacer algo para que se genere una
verdadera transformación del tejido humano? ¡Sí! ¡Cambie usted! Comprométase
con esa transformación, con convicción, sin importar lo que los demás hagan.
2.
El
verdadero cambio proviene del ser individual.
3.
La
visión religiosa sufrirá cambios, con nuestro mundo espiritual
4.
Que
cambios se pueden presentar antes de la pandemia y después de la pandemia con
respecto a nuestros cultos religiosos
Por favor
responder las preguntas desde su concepción espiritual.
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